sábado, 10 de diciembre de 2011

Recordando proezas (II) Percebes en Luarca

Seguimos con la serie "Recordando proezas". Esta vez rememoramos los buenos momentos vividos en la ruta hasta Luarca el pasado mes de marzo. Fue, y seguirá siendo durante mucho tiempo, uno de los días más divertidos que he pasado en moto. Nos juntamos Manzindani, Merucu y el que suscribe sin rumbo establecido, lo que parece haber sido una buena idea, visto el resultado final.

Sin más dilación, os dejo con el segundo capítulo, escrito por Merucu y remasterizado por un servidor.

Segundo capítulo: Percebes en Luarca, 5 de marzo de 2011

Otro sábado que me levanto y, con la legaña aún cristalizada, me entero de la hora de quedar y procedo a desparasitarme convenientemente para el evento.

Sorprendiome que llegara el primero, porque cuando se queda en Foro, raro es que Dani no esté allí cuando tú llegues, o bien apretando unas tuercas o bien haciendo el pino-puente, pero vamos, que llegas el último o el penúltimo siempre.

Pues no, llego y no hay nadie. ¿Casualidad, serendipia? Sopesé que hubiera sido víctima de un cambio horario, pero una vez ajustada la hora con el gasolineru, me puse a esperar.

Una vez reagrupados surgió el tema del destino y decidimos arrancar a Cudillero. Pasamos Candás, Luanco, Avilés, Piedras Blancas y claro, somos paisanos y como paisanos que llevan un ratín en moto paramos a tomar el vermú. El chigre de carretera era de estos que ponen pinchos con palillo y que confían en el consumo responsable por parte de los chigristas. Pero os voy a decir una cosa, si en vez de cuatro pinchos de jamón, la bandeja llega a tener 30, iban a tener que marchar al Alimerka a por otra paletilla. Qué fame por diox...






A partir de ahí curvas y más curvas. Tiene gracia la cosa, pero la carretera de la costa, aquella que de guajes era una agonía (vease gomitonas en el coche, mareos, maldiciones de padre agitando el brazo y cascandote una ostieja sin volver la cabeza...), ahora a lomos de una moto es de lo más divertido.

A esto añádele que no había absolutamente nadie por la carretera, ya que los que van con prisa optan por la autovía. Total, que bajamos a Cudillero y como era pronto, decidimos seguir por la costa hasta las dos y algo que pararíamos a comer.

Y de pronto vimos a mano derecha la playa de la Cueva:

"Protegida al este por la impactante franja cuarcítica del cabo Busto, en la desembocadura del Canero (o Esva) se presenta la playa de Cueva, inmediata al pueblo de igual nombre. "

Vamos, que fue ver piedres, arena, un regatu y tardamos poco en tiranos abajo:


Mirad qué percha gasta Fran, con esa mirada a lo Mitch Bucanan controlando la playa. Pa cagase.

Al poco, Dani ya le veía posibilidades a la zona y tirose cuesta abajo a ver qué tal funcionaba el cubre cárter con los cantos rodados.


No recuerdo exactamente la escena pero no se puede negar que la imitación de Napoleón tomando la playa de Golfe-Juan es de lo más lograda.




Otra muestra de que es necesario parar cada hora y poco a tomar algo que si no, aparecen muestras claras de somnoliencia y fatiga. Probe Fran, mirar oh, como se le ve cara de tar pensando en un bugre...



Y cómo no, la ya clásica fotografía de los transtornados posando contra una mini-cámara con temporizador. Superándose cada vez en nivel de chorrez y saber estar. Sobran más comentarios.


Una cosa queda clara: andar empujando las motos por la grava esa, casi hace que tengamos flato. Una de dos, o nuestro fondo físico está al nivel de los Juegos Gerontológicos de Sobrescobio o la VanVan pesa.

En breve aterrizamos en Luarca-sur-mer y seguimos la intuición del Roxu de moda para recalar en un mesón marinero donde nos apretamos sendos menuses compuestos por orgía marina y fastos cárnicos. Y como sé que esto da envidia a los que marcharon a ver margaritos a Cantabria o navajas a Toledo, salibad ahora, malditos:



Ahí está. Un culé, un simpático lugareño mediterráneo que tras superar unos instantes de duda, se avalanza sobre su cuartu kilo de percebe sin rechistar. Posiblemente tengamos un plusmarquista de apertura e ingesta de percebes en bruto. Hay que ver qué marcha agarró el condenao.

Esto ni es modo macro, ni está atrezao, ni retocao. Había percebes que daba hasta pena el estrangulalos pa quitayos la coraza de lo que gritaban. Frescos, fresquísimos oiga.



Tras una sobremesa interrumpida por unos calderos de arroz con leche y viendo que refrescaba un poco decidimos arrancar hacia casa, no sin antes hacer una paradinha a hacer unas fotos, cambiar la cámara de Fran al manillar de Dani y demás:



Si es que la cámara nos adora...


De vuelta y en las cercanías de Cudillero, equivoqueme y nos vimos bajando a un puerto pelín extraño cerca de Cabo Vidio. Con sus señales pa meter miedo, su túnel para que 3 taraos como nosotros estuvieramos dándole patrás y palante...


Aquí tenemos a Dani cual Darl Hannah en 1,2,3 splash pero en versión motera. Apréciese que a pesar de ser del frente barrurcio, mira de reojo a la marejadilla no vaya a ser que tenga que venir a sacalu el heli-mer.

Aquí ya, la toma buena, con mucha más emoción.


Después ya del tirón hasta Luanco, donde paramos a tomar unos chismes con una brisa fresca que aderezado con el dolor de ingle, hacía que tuviéramos más gana de llegar a casa que otra cosa.

Lo dicho, lo pasamos de traca.


¡Que vos preste!

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